Nuestra sociedad en la actualidad vive un vacío existencial, con una gran falta de valores y lamentablemente los seres humanos se han atado a las redes sociales en busca de llenar ese vacío interior que sienten, entonces, comienza a vivir en una burbuja de vanidad.
Y en vez de llenar el vacío con valores y resultados favorables lo llenan de egos, todo depende de la cantidad de likes que nos den en una foto y esto se convierte en una obsesión.
En los últimos años la vida monótona y pasiva en la que vivimos ha sido empujada por las redes sociales en su gran mayoría los jóvenes de hoy en día no practica ningún deporte, ya que es más fácil estar atado a una de las redes sociales, y de ahí la gran cantidad de personas obesas y con falta de valores.
Nuestro mundo en la actualidad gira entorno a un aparato electrónico ya sea una Tablet o un celular inteligente, (si les diéramos el verdadero uso a estos equipos, si le facilitaría la vida).
Lamentablemente los libros de literatura han sido engavetados, las artes en toda la extensión de la palabra han sido remplazadas por esta falta de valores tantos morales como intelectuales.
Por las calles y a menudo vemos personas que van testeando muy ajeno a la realidad y al peligro que causan en las vías públicas. Como también se convierten en presa fáciles para los delincuentes y poder ser asaltado, perder en muchas ocasiones no sólo el equipo electrónico sino también la vida.
En la actualidad el confesionario de la iglesia está lleno de polvo y telaraña; en muchas ocasiones escuchábamos decir “yo no me confieso con un hombre”, ahora no se confiesan con hombre, sino, qué utilizan las redes sociales para confesar todo lo que están atravesando siendo Facebook el confeccionario de mayor capacidad.
Lamentablemente ya no tiene razón de ser sentarnos en una mesa porque nadie le da importancia a dialogar entre sí, sino, que se dialoga con personas que no están en dicho encuentro. En la calles parecen zombis de aquellas películas de 1980 donde todos van en la misma dirección, pero ahora no caminan sino que todos están pegado fijamente a la pantalla de un dispositivo móvil.
Hoy por hoy la mayoría de los seres humanos están crucificados no en una cruz, sino, a un dispositivo móvil, Twitter en una mano, en otra mano Instagram, sujeta un pie Facebook, el otro pie lo sujeta Snapchat. Tenemos una camisa de fuerza hoy, por la falta de valores y un vacío existencial que está marcando debido una adicción a los aparatos electrónicos.
Y si hoy en día me siento preocupado por la situación, mi preocupación es más grande hacia los niños que los padres de una manera irresponsable le facilitan un aparato electrónico con tan solo 2 años de edad y ellos como padres celebran las habilidades que tienen sus hijos en el manejos de los equipos electrónicos. Sean detenido esos padres a pensar que por esta forma irresponsable, estos menores (sus hijos) son expuesto a pedófilos, enajenados mentales, maniáticos sexuales y psicópatas. Deben los padres adquirir responsabilidades y educar a sus hijos en valores y respeto. Ayudarlo a crecer sin ese vacío de amor propio.
Necesitamos una sociedad que viva en la realidad y no en la burbuja de la Redes Sociales.