EL MUNDO | La nueva generación de aceleradoras gráficas de Nvidia promete juegos de increíble realismo gráfico y aplicaciones locales de inteligencia artificial mucho más avanzadas. Es lo que se esperaba de ellas. Las tarjetas de la familia RTX 50, anunciadas ayer en la feria CES de Las Vegas, llevaban varios meses acumulando rumores, titulares y también retrasos, víctimas de una cadena de producción azotada primero por el Covid y después por la altísima demanda de semiconductores de Nvidia para aplicaciones de inteligencia artificial.
Pero a pesar de la expectación y de lo acertado de los rumores, un rápido vistazo a las cifras concretas del producto produce cierta sensación de vértigo. La tarjeta gráfica RTX 5090 Founders Edition, la más potente de esta nueva generación, tiene por ejemplo 92.000 millones de transistores, es capaz de realizar más de 380 Teraflops (billones de operaciones de coma flotante por segundo) y cuenta con un ancho de banda interno de 1,8 TBps para su memoria de 32 GB.
A efectos prácticos, según Nvidia, duplica el rendimiento de la RTX 4090, hasta ahora la tarjeta gráfica de consumo más avanzada y el sueño inalcanzable de muchos gamers. Es también lo suficientemente compacta como para integrarse en cajas de PC de tamaño medio, algo que no podía decirse del modelo equivalente en la anterior generación. Sorprenden también, claro, su consumo y su precio. Pide más de 575 vatios de potencia y una fuente de alimentación para el PC con capacidad para proveer hasta 1.000 vatios. Hacerse con una supone desembolsar unos 2.000 euros.
Hay también versiones más económicas. Las RTX 5080 costarán 1.000 euros menos (ambos modelos salen a la venta a finales de enero) y las RTX 5070 Ti y RTX 5070 llegarán más adelante con precios aún más bajos. También habrá versiones de estas tarjetas pensadas para equipos portátiles, que debido a las limitaciones de ventilación y espacio suelen tener menor rendimiento. Para los jugadores que quieran la mayor potencia en su PC, sin embargo, la RTX 5090 es el nuevo Santo Grial, capaz de mostrar en pantalla juegos con mayor resolución, efectos de luces más realistas y un mayor número de frames cada segundo.
UN PC PARA LA IA
La sorpresa de la conferencia, sin embargo, es un nuevo ordenador, el primero fabricado por Nvidia, que de momento se conoce como Project Digits. Con el tamaño de un Mac Mini, está pensado para ejecutar de forma local herramientas y procesos de inteligencia artificial para los que hasta ahora era necesario usar servidores remotos o hardware muy especializado.
Diseñado para investigadores y estudiantes, Project Digits incluye un nuevo chip bautizado como GB10, que ofrece una capacidad de cálculo de un petaflop (mil billones, con b, de operaciones de coma flotante por segundo).
Nvidia afirma que una unidad Project Digits (se podrán conectar varias en paralelo) podrá ejecutar modelos de lenguaje de hasta 200 mil millones de parámetros de tamaño. Cuantos más parámetros tiene un modelo de lenguaje, mejores resultados suele proporcionar.
El ordenador podrá conectarse a un Mac o PC para funcionar como una unidad de coproceso adicional en tareas de inteligencia artificial o funcionar de forma independiente mediante una distribución propia de Linux creada por Nvidia. Estará disponible a partir de mayo con un precio aproximado de 3.000 euros.