A partir del próximo año, los vehículos incorporarán procesadores que tendrán capacidades similares a los que encontramos en los teléfonos inteligentes de gama alta. Qualcomm, conocida por ser una de las mayores proveedoras de chips en el sector de la telefonía, ahora expande su enfoque hacia la industria automotriz, introduciendo procesadores diseñados para manejar escenarios complejos como la conducción autónoma.
Qualcomm lanzará dos plataformas principales en este ámbito: Snapdragon Cockpit Elite, destinada a mejorar la experiencia de entretenimiento y navegación a bordo, y Snapdragon Ride Elite, enfocada en los sistemas de conducción asistida y autónoma. Ambas plataformas se desarrollarán con las mismas tecnologías que Qualcomm usa en sus procesadores para dispositivos móviles y ordenadores, integrando la nueva generación de CPUs Oryon y el coprocesador Hexagon, especializado en aplicaciones de inteligencia artificial.
Aunque puede sorprender, debido al alto costo de los vehículos, los procesadores empleados en automóviles suelen ser menos avanzados que los de los smartphones y ordenadores. Qualcomm, al incorporar estas nuevas plataformas, promete una capacidad de procesamiento mucho mayor que la que generalmente se encuentra en los vehículos actuales.
Comparadas con versiones anteriores, las nuevas plataformas de Qualcomm ofrecen 12 veces más capacidad en inteligencia artificial, tres veces más potencia general, y soportan más de 16 pantallas internas con resolución 4K y más de 40 tipos de sensores conectados. Snapdragon Ride Elite, diseñada específicamente para la conducción autónoma y asistida, también incorporará mejoras de seguridad y entornos de ejecución en tiempo real para gestionar sistemas críticos como el tablero de instrumentos y los sistemas de prevención de accidentes.
A partir de 2025, Qualcomm comenzará a distribuir estas plataformas entre fabricantes de automóviles, con empresas como Li-Auto y Mercedes-Benz ya confirmando su integración en próximos modelos. Los fabricantes podrán personalizar los chips para que funcionen con su propio software o incluso optar por soluciones de terceros, como Android Automotive de Google, con quien Qualcomm ha establecido un acuerdo para soportar ambas plataformas.
La mayor capacidad de procesamiento en los vehículos permitirá que muchas funciones, que antes dependían de conexiones a servidores en la nube, puedan realizarse localmente. Esto incluirá asistentes digitales más avanzados y con una mayor capacidad para interpretar distintas instrucciones.
