Una cifra récord de casi US$68 millones, (US$67,415,970 específicamente) invirtieron los 30 equipos en el reclutamiento de jugadores el año pasado, de acuerdo con las cifras suministradas a DL por la oficina de Major League Baseball (MLB) en el país.
Fueron RD$3 mil millones que terminaron en cuentas y bolsillos de atletas, entrenadores y agentes, una transferencia líquida que es la sangre de un sistema de desarrollo de jugadores que sobrevive prácticamente sin ninguna intervención o inversión del Gobierno.
Hace una década ese capítulo apenas alcanzó US$17 millones, pero en 2010 llegó a US$41.8 millones.
“Fue un año totalmente fuera de lo normal, sencillamente había más cantidad de peloteros de mucha calidad. Esa fue la diferencia, mucha gente que había trabajado en este ambiente reconocía la distinción que tenía ese grupo”, dijo Ulises Cabrera, de la Dominican Prospect League (DPL), una plataforma de evaluación de jugadores.
Una cosecha que Cabrera ve difícil se pueda lograr este año, pero sí acercarse el próximo año.
Entre enero y diciembre de 2015, los equipos reclutaron 404 jugadores nacidos en el país, fue la cifra más baja en los últimos cuatro años, no obstante, el bono promedio de los agraciados fue el más alto de la historia: US$166,871.
En la presencia de 18 jugadores que recibieron pagos de siete cifras se encuentra la explicación de esta alza. Ese grupo, que fue encabezado por Jhailyn Ortiz (US$4.2 millones con los Filis) y Wander Javier (US$4 millones con los Mellizos) cobró US$39.9 millones.
Pero como las cifras macros requieren de lecturas microscópicas para entenderlas hay que dividir al total de firmados en dos grandes grupos.
Cuando se excluyen esos 18 top prospects que se llevaron la mayor tajada, el dinero que se destinó para firmar al resto de 386 jugadores, la cifra fue de US$27,515,970, por lo que el bono promedio de ese grueso fue de US$71,284.
Es decir, el 4% de peloteros recibió el 59% del dinero y el otro 96% se repartió el 41%.
“Hemos llegado a un punto en el que al pelotero latino se le reconoce con lo que merece. Es posible que un muchacho reciba un millón o US$4 millones de acuerdo con su talento, que es un punto de enfoque nuestro. Debe ser pagado por lo que traiga y proyecte al futuro”, dijo Cabrera.
En marzo pasado, la MLB autorizó a los equipos invertir US$84.2 millones en el reclutamiento internacional. Pero los equipos superaron ese margen.
Los Filis apostaron más dinero en Ortiz, de 16 años, que en su primera selección del sorteo de los Estados Unidos, el torpedero Cornelius Randolph, a quien dieron US$3.2 millones.
Igual ocurrió con Minnesota y Javier, cuyo bono superó el destinado por el club a su primer pick en la Unión Americana, el zurdo Tyler Jay (US$3.8 millones).
Es un indicador de cómo ven los equipos el rápido retorno que puede tener una apuesta en América Latina, como reconoció la semana pasada Joel Araujo, encargado de desarrollo internacional de la MLB. Es un fenómeno reciente.
Carlos Martínez recibió un bono de US$1.5 millones en 2009, y ya en 2013 estaba en el equipo grande de los Cardenales. Adalberto Mondesí fichó por US$2 millones en 2011 y debutó en la Serie Mundial pasada.
Miguel Ángel Sanó, que en 2009 logró US$3.1 millones, subió en 2015 con gran demostración ofensiva, a pesar de perderse todo el 2014.
Rafael Devers pactó con Boston con 16 años a finales de 2013 y Baseball America acaba de colocarlo como el prospecto número 18 de todos los circuitos menores.