Pineda encabezó la Liga Americana con 10,61 ponches por cada nueve entradas, además de terminar tercero con una tasa de ponches del 27,4%. Sin embargo, permitió 27 jonrones, la mayor cantidad en su carrera, finalizando el año con récord de 6-12 y 4.82 de efectividad. ¿Cómo se puede explicar eso?
“Algunas veces te rascas la cabeza”, dijo Girardi. “El promedio de los bateadores contrarios con bolas puestas en juego con dos outs (.406) ante él simplemente no tiene sentido. Uno busca razones. Créanme, vamos a buscarlas. Estoy seguro de que vamos a pasar un largo rato buscándolas durante el invierno”.
Es posible que Pineda esté cerca de convertirse en un abridor dominante, de esos que encabezan rotaciones, pese a lo que sugieren sus números del 2016.
Examinando sus estadísticas a través del Promedio Merecido de Carreras (Deserved Run Average, o DRA por sus siglas en inglés), una métrica avanzada que incorpora factores como estadios, situaciones, defensa, estado del tiempo, habilidad del receptor cuadrando pitcheos, árbitros y bateadores contrarios, Pineda se ubicó entre los mejores abridores de Grandes Ligas con 2.58 de DRA.
Sólo el fallecido cubano José Fernández (2.23) tuvo un mejor DRA en el 2016, mientras que Cole Hamels (2.65), Chris Sale (2.69) y Noah Syndergaard (2.71) terminaron detrás de Pineda, quien permitió dos carreras limpias o menos en 17 de sus aperturas, pero al menos cinco en otras 11 presentaciones.
La citada estadística, creada por Jonathan Judge de Baseball Prospectus, tiene como objetivo determinar cuántas carreras mereció un pitcher que le hiciesen, en vez de cuántas llegaron a hacerle.
“Es una forma bastante sólida de mirar a un pitcher y ver qué tan probable es que tenga éxito, o qué tan bien está lanzando basándonos en lo que hace buenos, o malos, a los lanzadores”, dijo Judge.
Al coach de pitcheo de los Yankees, Larry Rothschild, le ha costado analizar la actuación de Pineda. Acotó que “los números periféricos no dicen toda la verdad sobre lo que está pasando con él”.
Por ejemplo, los rivales batearon .325/.383/.598 contra Pineda con dos outs, mientras que el promedio de los lanzadores de la Liga Americana en esa misma situación fue de .242/.318/.403. La recta de los dedos separados de Pineda fue castigada con .347 de promedio este último año, en el que el diestro impuso topes personales en innings lanzados (176), aperturas (32), ponches (207), derrotas y jonrones permitidos.
“Para mí, es desconcertante, así que no me puedo imaginar lo que pueden pensar los Yankees”, dijo Judge. “Hace todas las cosas que para la mayoría son la clave para convertirse en pitchers absolutamente dominantes. Pero cuando no está ponchando con frecuencia, parece que lo castigan con fiereza.
“Estoy seguro de que parte de eso se debe al hecho de lanzar en el Yankee Stadium. Pareciese tener problemas allí, así como cuando a David Price le costó ajustarse a tirar en el Fenway. También puede ser un poco de mala suerte, aunque debo decir que tiene dos años haciendo cosas favorable en cuanto a DRA, pero sin obtener resultados”.
La defensiva de los Yankees es del promedio, afirma Judge, lo que coloca más responsabilidad en Pineda por recibir tanto castigo cuando no está ponchando. Judge añadió que, basado en los números, los aficionados de los Yankees deberían sentirse relativamente alentados por lo que Pineda podría hacer en el 2017.
“Es mucho más difícil convertir a un pitcher común y corriente en un ponchador que convertir a un ponchador en un lanzador decente”, dijo Judge. “Todo sugiere que él tiene la habilidad para ser un gran pitcher.
“Mientras estés ponchando a los contrarios y sumando innings como él lo ha estado haciendo, y no estés dando muchos boletos, yo mantendría la esperanza. Si pareciese que debe haber un cambio mecánico, que algo debe cambiar. O es eso, o es que necesita irse del Yankee Stadium”.
Girardi cree que los problemas de Pineda tienen que ver más con la suerte que con el enfoque, y que algunas de sus mejores presentaciones al final del año prometen un mejor futuro.
“Pasó por momentos duros este año”, dijo Girardi. “Sólo necesita seguir mejorando. Si ves otros de sus números, como el Promedio contra Bolas Puestas en Juego (BABIP), fue extremadamente alto (.340). Uno pensaría que la suerte tiene que cambiar. Y si lo hace, ustedes van a ver un muchacho que tendrá un gran año”